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sábado, 18 de mayo de 2013

“SOY LESBIANA, SI ME ACEPTAN BIEN, Y SI NO, TAMBIÉN”


VILLAR SOTO, GIANINA


Alejandra Romero Rota, detan solo 19 años de edad, es lesbiana. Ella se prepara en la academia para ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quiere seguir la carrera de comunicación social, le encantaría trabajar en radio.
La conocimos en una discoteca gay ubicada en la avenida Arequipa. No era la primera vez que acudía al lugar, “¡Soy gay y qué!”, dijo feliz frente a toda la demás gente que compartía su opinión.
La pequeña señorita de rizos dorados y ojos verdes bebía una cerveza acompañada de dos muchachas más, quienes se mostraban cariño. Alejandra acababa de llegar hace media hora, según nos cuenta y esperaba impaciente a su pareja, con quien lleva 4 meses de relación, sin embargo Melany de 23 años nunca llegó.
Ale, como pidió que se la llame, no se incomodó con nuestra compañía. “A veces soy activa, a veces pasiva, a veces moderna, me acomodo según mi pareja”.
Alejandra tiene  tres hermanas, la mayor del primer compromiso por parte de su mamá, quien junto con sus dos hijos vive con ella, la segunda que también es su media hermana por el lado del primer compromiso de su papá, es independiente, trabaja para una empresa de construcciones como administradora, Alejandra es la tercera hija;  y la última que tiene apenas 15 años de edad aúnestá en el colegio.
Ale vivía en provincia cuando era pequeña pero se vino a Lima por motivos de trabajo de su papá y de su mamá, por lo que empezó su primaria en la capital, ella vivió en los distritos de Jesús María, Breña, Sucre, Pueblo Libre, Los Olivos y ahora, en San Martín de Porres.
Sus padres se enteraron hace 5 años que ella era bisexual, “entré a un colegio de mujeres desde primero de secundaria y ahí supe que las prefería”. “Mi mamá trabaja para el INEI, paraba viajando y lo hace hasta ahora, y mi papá luego de trabajar iba a visitar a su hijita, así que lo que yo hacía no le importaba a nadie”.
Siempre tuvo problemas de comunicación, no tan solo por el trabajo de los padres, sino por las preferencias que ellos tienen con sus mayores hijas, de compromisos anteriores y de la relación que mantiene el padre con su primera hija, quien al parecer es su prioridad.
Sus padres de Alejandra nunca le prestaron atención, su hermana mayor, por parte de su mamá le dejaba las todas responsabilidades de la casa desde que ella era muy pequeña, mientras la mayor  salía a fiestas y a pasear. Esto provocó que ella crezca resentida y aislada de su familia.
Resulta que hace tres años, dicha hermana salió embarazada, se separó temporalmente de su pareja, se dedicó a trabajar y hasta hoy le deja al pequeño bajo el cuidado de Alejandra y de su hermana de 15 años. Luego se reconciliaron y salió nuevamente embarazada, ahora tienen una bebé de 4 meses de nacida, a quien también la dejan a cargo de Ale; este abuso es la razón por la que antes no pudo estudiar ni trabajar.
Ale, va todos los fines de semana a la “13”, discoteca donde la encontramos, y aunque no siempre se encuentra con Melany, nunca se queda sola, pues también sale con otra muchacha, de quien no recuerda el nombre, pero la conoció hace un par de semanas cuando se enteró que ella recién llegaba a conocer el lugar.
“Mi mamá me estuvo paseando desde que salí del cole, me decía que ya me iba a matricular y cuando llegaba el día nunca lo hacía”. Ahora que estudia en la academia del Grupo San Marcos, nos cuenta que también ha conocido lesbianas dentro de su aula, “al parecer me siguen”, dijo risueña. Alejandra es una persona muy aplicada, está en el aula A1 donde se eligen a las estudiantes según su capacidad y conocimientos.
Retrocediendo el tiempo, ella nos cuenta que en la época del colegio, durante su secundaria, conoció a Silvia, “ella era de la putamadre”, dijo en tono suave, mientras pasaba el último trago amargo de la cerveza.
Ale describe a Silvia como una mujer  alta, lacia y rubia, de ojos caramelo y delgada, practicaba ballet desde sus 3 años. “Ella es muy bonita, muy inteligente, muy divertida y sobre todo era mi mejor amiga”.“Luego de un año de conocerla, Silvia me contó que era bisexual y que yo le gustaba”.
Alejandra estaba confundida, no era tan solo Silvia la que la sorprendía, sino que al mismo tiempo se enteró que el grupo de amigas con las que ella estudiaba eran todas bisexuales. “Éramos un grupo de 6 desde primero de secundaria y ni siquiera me había dado cuenta que entre ellas eran pareja”.
Recuerda que a sus 14 años entró en depresión debido a la falta de atención y la recarga de tareas que debía cumplir tanto como estudiante como en su casa, “me deprimí, nadie me hacía caso en ningún lugar, ni en mi casa ni en el colegio”.
De pronto, nos reveló algo muy delicado, “comencé a cortarme, sentía placer al hacerlo”, se amarrabatrapos en sus brazos, los retazos los recortaba de su ropa para que cesara el sangrado. Por ello tiene algunas marcas cerca de su muñeca.
Silvia era la única que sabía de eso y la única que la aconsejaba, cuando Alejandra se enteró que su mejor amiga sentía “amor” por ella, no dudó en entablar una relación con tal de no perder su amistad, además  sus amigas apañaban esta situación, se reunían en la casa de María, una de las amigas, y jugaban “biplop”, un extraño y singular juego inventado por ellas, donde se turnaban para vendarse los ojos, mientras las demás podían hacerle lo que les plazca, durante un minuto.
“También jugábamos a golpearnos, nos gustaba”, María escuchaba metal y era la música la que las motivaba a agredirse entre ellas, el juego acababa junto con la canción. Jaladas de cabello, puñetes, arañones, hasta jaloneos y rupturas de prendas, era lo que les entretenía y se convirtió en su desahogo.
Por otro lado, su hermana es su confidente, “un día por chismosa entró a mi cuarto y cuando alzó la almohada nos encontró besándonos con Silvia, tuve que explicarle todo, ella tenía 10 años”. “Es extraño que la primera persona que te comprende en casa no sean ni tus padres ni hermanas mayores quienes se suponen que han pasado por tu etapa y comprenden algunos cambios”, “mi hermana menor lo es todo”.
Retomando el tema de su relación con Silvia, nos confesó que aquella relación de pareja duró un año y medio, “mis padres se enteraron que era bisexual porque leyeron cartas que Silvia me escribía, donde contaba cosas sobre nosotras, me decía que me amaba que nos iríamos del país y tonterías así. Mi hermana mayor me pegó, me decía que le daba asco (…)”. Su madre le prohibió ser amiga de Silvia, a quien ya conocía hace años, “me decía: Alejandra, no eres un macho”. “Encima le pegaron a mi hermana menor, porque ellos sabían que yo le cuento todo”.
“La loca de mi hermana mayor, me suscribió a guía paterna en el Facebook, donde le llegaban mis conversaciones, mis comentarios, todo”.
La mamá de Silvia también se enteró y según nos cuenta Alejandra, el papá de Silvia la quiso botar de su casa, porque ella era producto de una inseminación artificial y quien la habría firmado como padre, la trataba de “recogida” y “no deseada”, “me siento culpable, Silvia también comenzó a cortarse, quería experimentar la sensación que a mí me daba”.
Sin embargo desde ese día, duraron un año más como pareja, tenían que verse a escondidas, y como el colegio se encontraba en Jesús María, caminaban hacia las galerías que unen las avenidas Brasil con Garzón, ahí se encontraba su escondite, el tercer piso del lugar, carece de iluminación.
“Cuando tocaba educación física nos quedábamos en el salón, cubríamos las ventanas con las cortinas y cerrábamos la puerta”.
Luego seenteraron los familiares de todas. Milagros venía de padres separados, su mamá es secretaria, su papá radica en Estados Unidos, mientras ella vive con otro hombre, desempleado. Su hermano es drogadicto y su hermana se acababa de embarazar por tercera vez, cada embarazo de una pareja diferente. En su caso, su mamá lo tomó con total serenidad, solo le dijo que ella tenía la decisión.
Milagros y María eran pareja, el papá de esta última es militar, su mamá psicóloga. Le prohibieron también tener una relación con Milagros, razón por la que terminaron.
Milagros y Alejandra fueron a un campamento, “una de las chicas en el campamento se fue con Milagros a una carpa y otra se acercó a invitarme marihuana”, “era demasiado, estaba deprimida, pero tampoco soy cojuda”, dijo convencida de no tener ni la mínima intención de probarla.
Sorprendentemente, Alejandra estaba acompañada de Milagros la noche de la entrevista, Mía (como quiso que se la llame)estaba a nuestro lado, con su pareja Claudia, la muchacha activa a quien conoció en el campamento que nos contaba Ale;ellas tienen una relación abierta desde hace un año, es decir, ambas pueden salir y tener otra relación con cualquier otra persona.
Alejandra nos decía que “al principio es extraño caminar en la calle con una chica agarrada de la mano o cogiéndola de la cintura, todos te miran, pero ahora no interesa si la beso frente a todos o no”, Alejandra había perdido la vergüenza, y es que ya han pasado 5 años desde que inclinó su gusto por las mujeres y ella ya no se esconde.
“Los papás son muy conservadores todavía”, ella nos cuenta que incluso ha asistido a las protestas de la comunidad gay, que se realiza todos los años en la Plaza San Martín, en Centro de Lima.
También nos contó que es celosa y que le gusta que la celen pero no en exceso; “Soy celosa, pero Melany más, si estuviese aquí no hubiese querido que converse contigo”, dijo. “La última vez que me encontró con una amiga de la academia me hizo un escándalo en la calle”.
Le preguntamos si había tenido parejas de su sexo opuesto y nos dijo que “nadie me entendería mejor que otra mujer, es más me considero lesbiana, ya no bisexual, a menos que el intruso sea demasiado `churro´ jajaja”, Alejandra ha tenido relaciones a distancia con otras muchachas y jóvenes, pero “nadie como Silvia, es un encanto, lástima que acabara”.
Nos siguió contando, el romance que vivió en la escuela, se acabó junto con el fin de su secundaria. Y ahora Silvia se prepara para ser fotógrafa, tiene un enamorado con quien lleva medio año y al parecer está muy ilusionada.
Alejandra volvió a deprimirse cuando terminó el colegio, sin embargo Milagros la llevó a esta discoteca, donde dicho sea de paso, trabajaba como bailarina, y ahí Ale conoció a Melany, una estudiante de turismo.
“Comenzamos a salirseguido, siempre nos encontrábamos aquí y hemos dormido juntas varias veces”, nos contó con una gran sonrisa mientras miraba fijo, Ale dice que le encanta conocer gente nueva y que pensaba que ser lesbiana le cerraría muchas puertas, sin embargo, considera que haber elegido serlo, le ha dado muchas ventajas.
“Antes era tímida, callada, muy susceptible, ahora soy todo lo contrario, siempre conozco a alguien nuevo, tengo muchos amigos”.
Su mamá, conoce a Melany, la recibe en su casa, se sientan a conversar, al parecer la cuida de alguna otra chica que pudiese conocer, solamente sale con amigas que su mamá conoce o con la misma Melany.
“Ahora para hacer amigos una de las cosas principales que tiene que saber es que soy lesbiana, si me aceptan bien, y si no, también”.
Ahora quelos padres de Alejandra ya aceptaron su elección,  y ella está contenta por su decisión, nos dice “cuando camino con mi papá es gracioso, porque me dice: esa chica esta buena no?Jaja, tenemos los mismos gustos”.




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