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domingo, 19 de mayo de 2013

DE CHUPACA A VENTANILLA: FERNANDA, LA COSMETÓLOGA QUE PROGRESÓ


Fernanda Pozo Arteaga de 35 años de edad, natural del distrito de Chupaca provincia incontrastable de Huancayo departamento de Junín es una mujer  luchadora y emprendedora con proyectos de vida, quién surgió de una de las más humildes familias Chupaquinas y demostró que con esfuerzo, empeño y perseverancia se logra vencer barreras y alcanzar las metas trazadas.
 Mayor de tres hermanos, hija de don Pedro Pozo Silva y doña Hilda Arteaga Campos de 75 y 70 años respectivamente, Fernanda es una mujer que desde los 15 años llego a la capital en busca de progreso  y mejora de la situación económica, así mismo la de sus padres quienes se dedican a la agricultura y ganadería junto a su menor hermano Elias de 18 años.  Al principio, no fue fácil, le fue difícil dejar a su humilde familia pero en vista de la precaria situación por la que travesaba no dudo en hacerlo, “si las oportunidades se te presentan, hay que saber aprovecharlas” nos dice ella al recordar con nostalgia cómo fue su partida hacia la capital. Al llegar a Lima, se dedicó a varios oficios, entre ellos el primero fue la labor doméstica en casa de la familia León Quintana, quienes la ayudaron a culminar sus estudios secundarios. Gracias a sus ahorros obtenidos durante varios años Fernanda logró estudiar cosmetología en un instituto, con esos conocimientos adquiridos y los pocos ahorros que aún tenía se propuso alquilar un local en el mercado “Señor de los milagros” ubicado en el distrito de Ventanilla.
Roberto Aponte Lobaton, natural de Cajamarca y cinco años mayor que ella, fue el hombre con el que se propuso pasar el resto de su vida, naciendo del fruto de su amor dos hermosos niños, los cuales llevan por nombre Gian Piero  y Ana María Aponte Pozo. Siendo su familia, el motor por el que lucha día a día para que en el futuro surjan y sus hijos lleguen a ser grandes profesionales.
Para Fernanda no hay día difícil puesto que ella se levanta muy temprano, a las 5:00 am, para desempeñar las labores del hogar y preparar  el desayuno y las loncheras de sus niños, luego los lleva al colegio y apresuradamente regresa para abrir su stand de peluquería y atender al público. Al regresar sus hijos del colegio, Fernanda toma como prioridad a sus hijos, por eso deja el cansancio de lado y labores que esté realizando y los ayuda con las tareas ya que para ella la familia esta antes que otras preocupaciones. Termina su día en su salón de belleza ella expresa que es una gran ayuda contar con un negocio propio ya que está más cerca de sus hijos y los puede atender a cualquier momento del día.
A pesar de que no cuenta con un salario estable y que ha atravesado por diferentes altibajos económicos, Fernanda está contenta con su trabajo y si bien es cierto ella siempre quiso estudiar enfermería y ser profesional, el trabajo que hoy en día desempeña siempre fue uno de sus pasatiempos favoritos, además le  deja un ingreso mensual aproximado de s. /600 nuevos soles los cuales son utilizados como ayuda al salario de su esposo para mantener los gastos familiares. Ser cosmetóloga fue uno de sus tantos sueños, por eso en la actualidad disfruta desempeñar sus actividades de belleza y  brinda uno de los mejores servicios de su localidad  a todos sus clientes.
“Al principio no fue fácil” nos dice ella, debido a que era nueva en su localidad y la miraban con desconfianza, como ocurre con la mayoría de migrantes que vienen del interior del país, por ello le fue difícil adquirir clientes, Fernanda tuvo que afrontar esta dificultad y con mucha perseverancia y su buen trabajo logró ganarse a su clientela y ser conocida en su localidad. En el transcurso de su progreso tuvo que afrontar la mayor traba que tienen las personas emprendedoras, en Diciembre del 2009, cuando se fue en compañía de su esposo y sus hijos a una reunión familiar, un grupo de delincuentes ingresó a su casa a altas horas de la noche y se llevaron artefactos electrodomésticos así como también sus herramientas de trabajo. Lamentablemente debido a este suceso su negocio tuvo que volver a empezar desde abajo. Para superar este impase y recurrir a un préstamo con el cual levantar su negocio, tuvo que hipotecar su casa, de esta manera volvió a establecerse y proseguir en su negocio.  Esto en característico en todo emprendedor peruano que crea oportunidades en tiempos de crisis.     
 “Fer”, llamada así por sus amigos y clientes, desea que su negocio florezca y en el futuro abrir un spa en un lugar más comercial donde pueda brindar servicios a personas con mayores recursos y hacerse conocida en el medio de la farándula y así generar mayores ingresos para poder darle a su familia una mejor calidad de vida y de la misma manera, con su espíritu altruista, por ser devota y muy apegada a la religión, desearía brindar ayuda a los más necesitados, a aquellos que no cuentan con recursos monetarios pero si con grandes sueños; a aquellos que viven una historia como la de Fernanda.
Fernanda, una mujer provinciana, perseverante, amable y solidaria, en la actualidad, disfruta de la compañía de su familia y de la estabilidad de su negocio; y espera que en el futuro sus hijos tomen su historia como ejemplo y al enfrentarse a una adversidad reviertan su destino y sigan adelante.
A pesar de su vida agitada y su tiempo saturado, Fer como quiso que la llame, nos brindó un espacio de su tiempo y sobre todo de su intimidad para que muchos conozcan su historia a través de esta nota y la reconozcan como una madre coraje y peruana emprendedora. Por ello agradezco a Fernanda, Roberto, Gian Piero y Ana María por la amabilidad y hospitalidad que me brindaron; y les deseo los mejores deseos en su pronto matrimonio y sus muchos años de casados.     

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