UNO NO SE DEBE DE RENDIR JAMAS
Ruben Quispe Llanos,
es un humilde vendedor de adornos en madera y en metal, ya cumplió los 50 años,
es natural de Huancavelica, llego con 20 años de edad a la capital como muchos
de sus paisanos, en busca de un futuro mejor, lo cual no le fue muy fácil, si
bien es cierto y somos sinceros aquí en Lima no se le trata bien a personas que
llegan de provincia, Quispe cuenta que aun recuerda como fue el primer día que
llego a la capital, todo parecía que iba bien, yo me arriesgue a venir para la
capital por unos avisos donde decía que tendríamos un trabajo seguro, nos dice
Ruben, de que nos dieron el trabajo no los dieron, yo necesitaba trabajar en
cualquier cosa, porque tenia que tener
dinero para pagar un lugar donde poder dormir, recuerdo que el primer
trabajo que tuve fue el de lavar platos en un restaurante donde el trato de los
dueños me marco y me hizo desconfiar de toda persona de Lima, nos comenta Ruben
con una mirada hacia el pasado, pareciera que hubiéramos abierto una herida
profunda con nuestra pregunta, nuestro entrevistado tuvo que soportar 4 largos
años en ese trabajo luego de ser el encargado de lavar platos, también le
encargaron ser la limpieza del local, con insultos, a veces no le pagaban, lo
engañaban, le daban monedas falsas, fue un martirio.
Luego de pasar por
este gran daño hacia mi, ya desconfiaba de toda persona, pero aun así tenia que
buscar algo con que solventar los gastos que tenia, comida, donde dormir, ropa,
lo básico que necesita una persona, me segundo trabajo lo encontré por un
paisano que me reconoció, y trabaje de estibador en la parada, de lo cual no me
avergüenzo, afirmo Ruben Quispe, ese trabajo me mantuvo con ganas de salir
adelante como buen provinciano que soy, yo ya pensaba que con esto ya estaba yendo
por buen camino para tener por lo menos algo estable, porque con lo que había trabajado estaba ahorrando para un negocio, pero todo se fue
al agua, haciendo mi trabajo me atropello una camioneta, y por poco y ya no
podría caminar, se para y camina, nosotros notamos que camina con dificultad,
continuando Ruben nos cuenta que todo lo ahorrado lo utilizo en las curaciones que
le dejaron el accidente, porque el chofer no se hizo responsable de nada y no
se hizo justicia hasta el día de hoy, a pesar de todo lo sucedido nuestro
entrevistado tuvo que salir a trabajar
pero esta vez ya no de estibador, tuvo que vender caramelos, para aunque sea
tener algo que comer y así tuvo que salir a delante de poco en poco.
Con una mirada casi
perdida, Ruben empieza a recordar sin decirnos nada, como si estuviera soñado
despierto, luego de un pequeño momento nos empieza a decir, que no todo fue
malo, porque durante todo este acontecimiento no muy grato, conoció a un señor
dueño de unas tiendas donde se vendían adornos para casas, el que después se
convertiría en su profesor, le enseño a hacer todos esos adornitos, el pacto en
el que quedamos fue que el señor me enseñaría ha realizar estos adornitos y yo
lo ayudaría en la tienda, y así fue poco a poco me fui enamorando de esto, de
este trabajo el que hoy me da para comer.
Quispe, con la
enseñanza de este gran señor pudo formar su propia tienda de adornos, y se
volvió así jefe de si mismo, claro que empezando desde abajo como todos, empezó
vendiendo sus adornos de forma ambulatoria, poniendo sus productos en un
plástico así como se puede ver en la calles muy transitadas, luego fue
creciendo y compro una carreta y así el negocio fue creciendo poco a poco hasta
el día de hoy que ya tiene un local propio, a esto pudimos contra peguntar si
se siente satisfecho con las ventas diarias de su local, a lo cual nos
respondió que si, sus ventas van en escalera ósea subiendo, Ruben nos explico
sin que le preguntemos lo que vende, y vende adornos en madera y en metal, las
personas que mas le compran son las empresas para adornar su sala de espera,
familiar, para adornar sus restaurantes, su sala de estar, cuenta también que
una vez unos turistas llegaron a su local para comprar adornos y llevarlos a su país, cuenta que esta anécdota
fue muy graciosas porque hizo la venta por señas ya que no entendía nada
de lo que los turistas le decían(hubo
risas parte mías y de Ruben).
Nos pusimos ha hablar
sobre amor, nuestra pregunta causa lagrimas en Ruben, y nos comento, yo ya
teniendo 50 años ya he madurado mucho y no me hace falta nada mas que el amor
de mis hijos, yo me deje engañar por la belleza de una mujer, le confié todo,
le di de todo, ella no movió ningún dedo para hacer que crezca el negocio ni el
hogar, porque yo no se lo permitía, ella era todo para mi, me engañaba me decía
que era la mujer mas feliz del mundo a mi lado, con ella tuve mis 3 hermosos
hijos, a los cuales les debo todo y les debo la vida, luego de que su madre me
engaño con otra persona y nos abandonara, me refugie en el trago ese fue el
peor error de mi vida, casi todas las ganancias del negocio me los gastaba en
trago, mis hijos me sacaron de ese problema, nose si fue cuando los veía llorar
o mi instinto de padre que me decía que salga de este mundo, y así fue me quede
con mis hijos de su madre no sabemos nada desde ya hace 20 años.
Durante todo este
tiempo yo he sido padre y madre para mis hijos, con mi negocio lo estoy sacando
adelante, mi dos mayores hijos siguen mis pasos y se están enamorando del arte,
de mi trabajo, el ultimo también nos ayuda pero aun no termina el colegio, aun
nose la carrera que quiera seguir no tiene una idea ya concreta nos dice Ruben.
Nuestro entrevistado
termino esta ultimas palabras con una gran sonrisa, curiosos por esa sonrisa
preguntamos el porque de ella, nos dijo que fue por una satisfacción de que
pudo superar todos esos problemas y ahora se encuentra bien.
Preguntamos por sus
nuevos proyectos y con una sonrisa de fortaleza y confianza, nos dijo que a mis
hijos no les falte nada y que el negocio de la familia siga creciendo, yo estoy
seguro de que en mi familia no habrá problema como en otras familias porque los he educado bien.
La entrevista la
terminamos con un gran estrechón de manos y un fuerte abrazo, Ruben nos despidió
bendiciéndonos y que si vimos su vida como un ejemplo que lo imitáramos para
progresar en nuestro país.
EDITOR; DENNIS NIETO LOYAGA
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