Fernanda Pozo Arteaga de 35
años de edad, natural del distrito de Chupaca provincia incontrastable de Huancayo
departamento de Junín es una mujer luchadora
y emprendedora con proyectos de vida, quién surgió de una de las más humildes
familias Chupaquinas y demostró que con esfuerzo, empeño y perseverancia se
logra vencer barreras y alcanzar las metas trazadas.
Mayor de tres hermanos, hija de don Pedro Pozo
Silva y doña Hilda Arteaga Campos de 75 y 70 años respectivamente, Fernanda es
una mujer que desde los 15 años llego a la capital en busca de progreso y mejora de la situación económica, así mismo
la de sus padres quienes se dedican a la agricultura y ganadería junto a su
menor hermano Elias de 18 años. Al
principio, no fue fácil, le fue difícil dejar a su humilde familia pero en
vista de la precaria situación por la que travesaba no dudo en hacerlo, “si las
oportunidades se te presentan, hay que saber aprovecharlas” nos dice ella al
recordar con nostalgia cómo fue su partida hacia la capital. Al llegar a Lima, se
dedicó a varios oficios, entre ellos el primero fue la labor doméstica en casa
de la familia León Quintana, quienes la ayudaron a culminar sus estudios
secundarios. Gracias a sus ahorros obtenidos durante varios años Fernanda logró
estudiar cosmetología en un instituto, con esos conocimientos adquiridos y los
pocos ahorros que aún tenía se propuso alquilar un local en el mercado “Señor
de los milagros” ubicado en el distrito de Ventanilla.
Roberto Aponte Lobaton,
natural de Cajamarca y cinco años mayor que ella, fue el hombre con el que se
propuso pasar el resto de su vida, naciendo del fruto de su amor dos hermosos
niños, los cuales llevan por nombre Gian Piero y Ana María Aponte Pozo. Siendo su familia, el
motor por el que lucha día a día para que en el futuro surjan y sus hijos
lleguen a ser grandes profesionales.
Para Fernanda no hay día difícil
puesto que ella se levanta muy temprano, a las 5:00 am, para desempeñar las
labores del hogar y preparar el desayuno
y las loncheras de sus niños, luego los lleva al colegio y apresuradamente regresa
para abrir su stand de peluquería y atender al público. Al regresar sus hijos del
colegio, Fernanda toma como prioridad a sus hijos, por eso deja el cansancio de
lado y labores que esté realizando y los ayuda con las tareas ya que para ella
la familia esta antes que otras preocupaciones. Termina su día en su salón de
belleza ella expresa que es una gran ayuda contar con un negocio propio ya que está
más cerca de sus hijos y los puede atender a cualquier momento del día.
A pesar de que no cuenta con
un salario estable y que ha atravesado por diferentes altibajos económicos, Fernanda
está contenta con su trabajo y si bien es cierto ella siempre quiso estudiar enfermería
y ser profesional, el trabajo que hoy en día desempeña siempre fue uno de sus
pasatiempos favoritos, además le deja un
ingreso mensual aproximado de s. /600 nuevos soles los cuales son utilizados
como ayuda al salario de su esposo para mantener los gastos familiares. Ser cosmetóloga
fue uno de sus tantos sueños, por eso en la actualidad disfruta desempeñar sus
actividades de belleza y brinda uno de
los mejores servicios de su localidad a
todos sus clientes.
“Al principio no fue fácil”
nos dice ella, debido a que era nueva en su localidad y la miraban con desconfianza,
como ocurre con la mayoría de migrantes que vienen del interior del país, por
ello le fue difícil adquirir clientes, Fernanda tuvo que afrontar esta
dificultad y con mucha perseverancia y su buen trabajo logró ganarse a su
clientela y ser conocida en su localidad. En el transcurso de su progreso tuvo
que afrontar la mayor traba que tienen las personas emprendedoras, en Diciembre
del 2009, cuando se fue en compañía de su esposo y sus hijos a una reunión
familiar, un grupo de delincuentes ingresó a su casa a altas horas de la noche
y se llevaron artefactos electrodomésticos así como también sus herramientas de
trabajo. Lamentablemente debido a este suceso su negocio tuvo que volver a
empezar desde abajo. Para superar este impase y recurrir a un préstamo con el
cual levantar su negocio, tuvo que hipotecar su casa, de esta manera volvió a
establecerse y proseguir en su negocio. Esto
en característico en todo emprendedor peruano que crea oportunidades en tiempos
de crisis.
“Fer”, llamada así por sus amigos y clientes, desea
que su negocio florezca y en el futuro abrir un spa en un lugar más comercial donde
pueda brindar servicios a personas con mayores recursos y hacerse conocida en
el medio de la farándula y así generar mayores ingresos para poder darle a su
familia una mejor calidad de vida y de la misma manera, con su espíritu altruista,
por ser devota y muy apegada a la religión, desearía brindar ayuda a los más
necesitados, a aquellos que no cuentan con recursos monetarios pero si con
grandes sueños; a aquellos que viven una historia como la de Fernanda.
Fernanda,
una mujer provinciana, perseverante, amable y solidaria, en la actualidad,
disfruta de la compañía de su familia y de la estabilidad de su negocio; y espera
que en el futuro sus hijos tomen su historia como ejemplo y al enfrentarse a
una adversidad reviertan su destino y sigan adelante.
A pesar de
su vida agitada y su tiempo saturado, Fer como quiso que la llame, nos brindó
un espacio de su tiempo y sobre todo de su intimidad para que muchos conozcan
su historia a través de esta nota y la reconozcan como una madre coraje y
peruana emprendedora. Por ello agradezco a Fernanda, Roberto, Gian Piero y Ana
María por la amabilidad y hospitalidad que me brindaron; y les deseo los
mejores deseos en su pronto matrimonio y sus muchos años de casados.
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