Suerte, el resultado de la habilidad y la oportunidad
NOMBRE: Puquio Zevallos, Joel Martin
Es raro conocer a una
persona durante 5 años y no sabes que hay en su pasado, el señor Julian
Ccorahua amigo no tan cercano de mi padre, es un actual albañil, trabaja de
lunes a sábados de 6am a 5 de la tarde, tiene 56 años y 10 años dedicados a la construcción.
Recuerdo que muchas veces al
almorzar junto a él y a mi padre cuenta sus historias y por ese motivo me
decidí a entrevistarlo.
Nació el 18 de agosto de
1957 en el pueblo de Cora Cora en Ayacucho, quizás por eso es tan amigo con mi
papá, mi papá es de Puquio que está muy cerca de Cora Cora. En su infancia
tanto su padre como todos sus hermanos y personas que lo conocían le decían Tullo
Puro “Hueso puro” en quechua. Debido a que era muy delgado, el sexto hermano de
9, adorado por su madre desde pequeño comenzó a hacer sus travesuras, con
sonrisa en el rostro cuenta cada una de sus palomilladas, cuando se metió a la panadería
de unos de sus amigos de infancia y se robó todos los panes dulces, se los comió
en una colina con otro de sus amigos y con todos los perros que se acercaban. Al
día siguiente al llegar a su colegio su amigo sabía que ellos habían sido los
que robaron la panadería.
A los 18 años tiene su
primer hijo a cual le pone Luis, su suegra, con quien tuvo muchas peleas, lo
denuncio debido a que no apoyaba con los gastos para la alimentación de su hijo,
por lo cual se ve obligado a venir a la capital. En la capital llega a la casa
de su hermana Modesta, al cerro San Pedro donde LAS PAPAS QUEMAN.
Comienza a concurrir la
peligrosa Parada donde da inicio a su vida en Lima, no de la manera correcta,
sino arranchando carteras y robando cajas de frutas. Poco a poco sus hermanos,
mayores que él, se dan cuenta que está llevando por mal camino su vida y lo
llevan a trabajar a construcción civil. Donde solo dura 2 años trabajando,
debido a un problema con un ingeniero, el cual llego al ministerio de trabajo.
Todo esto porque el ingeniero no quería pagar el sueldo debido. El gran apoyo
del gobierno militar hacia la clase obrera ayudo a que salga bien librado y con
un buen sueldo.
Algo que recuerda muy claro
es que cuando quiso cobrarle al ingeniero, este le quería pagar con un cheque,
pero debido a que se le había perdido la libreta electoral pidió que le paguen
en efectivo, fueron a un banco ubicado en la avenida Salaverry y el ingeniero
le dijo “cholo no quiero volver a verte en mi obra”. El señor Julian agradeció y
se fue caminando, llego hasta la avenida La Colmena donde encontró a la cuñada
de su hermano, el la miro y le dijo tu eres la hermana de Marcelino, amigo de
infancia, ella le dice con voz chillona “Tu eres tullo puro”. Con la gran
facilidad para vender cosas debido a su viveza ganada en la parada, comenzó a
ayudar a la señora, ella le pidió que vuelva al día siguiente y él lo hizo.
De ser solo un trabajo de
unos días se convirtió en algo que duro 5 meses, hasta que los reubicaron por
algo llamado Lima cuadrada. Fueron mandados a donde actualmente se encuentra el
centro comercial Amazonas, pidió un espacio para poder tener un pequeño local
que sea propio, pero se lo negaron. Entonces fue a donde actualmente se
encuentra el Chabuca Granda y se puso a vender casacas de cuero que eran de sus
“jefes” que estaban en amazonas.
El negocio iba mejor para
Julian que para sus jefes así que se movieron para donde estaba él. Se pusieron
a su lado y comenzaron a vender, cuando llegaron a empadronar para forma el
gran Polvos Azules quisieron pasarse de vivos y quitarle el pequeño espacio que
tenía. Lo cual creo una riña entre ellos. Un día de la nada y debido al gran
impacto que causo Polvos Azules en la sociedad limeña, llego un señor
Arequipeño y le ofreció darle árboles navideños, se acercaban las fiestas y
nada se podría vender más que eso. El “chino” como él lo llama escucho todo lo
que estaba pasando y lo ayudo. Fue un boom y ayudo a que Julian compre un
pequeño puesto. Tiempo después llego otra persona, parecía que todo lo bueno le
llegaba a él. Las casacas que se convertían en manga corta marca La Coste,
llego al Perú y él en su viveza mando a los sastres de los cerros de los cual
era amigo a hacer esto. Comenzó a ganar y ganar dinero. Ya tenían 3 hijos el
mayor en Ayacucho y dos en Lima. Un día una persona se acerca a su puesto y le
pregunta si tiene capital para trabajar, vendía cámaras fotográficas analógicas
profesionales. Era un boom y solo el vendía eso, tuvo otra hija de otra mujer y
luego otro de su actual esposa. Dinero, mujeres y alcohol, eso fue su perdición,
Polvos Azules fue quemado y su dinero se quedó en su puesto golpe del cual no
pudo recuperarse, luego fueron reubicados en la avenida Grau pero debido a la
falta de dinero no pudo comprar un local y llego a las Malvinas. Intento e
intento levantarse de nuevo sin éxito alguno.
Actualmente es albañil y
cuando no hay trabajo muchas veces puede andar sin ni un sol en el bolsillo.
Pero agradece a Dios que gracias a él muchos por no decir todos sus hermanos
son comerciantes y no siguen trabajando de obreros de construcción civil. Casi
terminando la entrevista apareció su hijo el menor y le dijo que me contara lo
que paso en una reunión de su hermano Alejandro, uno de sus sobrinos quizás el
mayor de todos, inauguraba una notaría y a la vez un centro comercial, cuando
era un niño el señor Julian le daba esos trompitos con luces para que el venda en
la calle. Metiéndolo así en el negocio desde niño, Jhonny, su sobrino, agradeció
al punto de llorar y agradecerle de todo corazón.
La entrevista termino y el
señor Julian volvió a su casa con su hijo al que para él es lo más preciado en
su vida. Puedo decir que desde el día de hoy veré diferente al señor. La suerte existe, pero todo se da gracias a habilidad que se tenga y a las oportunidades que se te aparezcan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario