DE
OCHO PARA ADELANTE ESTOY LIBRE…
Cuando el sol se va y le da paso a la noche en las calles de lima pequeñas luces se
encienden en aquellas callecillas llenas de historias de antaño, y se vuelven
punto de encuentro de vecinos que acuden en busca de alguna distracción cansados
de un día tan arduo o tal vez con deseos de saber la vida de los demás vecinos,
pues estos puntos de concentración albergan a todo tipo de gente con una sola
necesidad: saciar el hambre. Si estos puntos de encuentro son dirigidos por
personas con tal vez creatividad o solo
el sentido de necesidad que los empuja a tal vez copiar este tipo de comercio
ambulatorio.
Los conocemos como “carritos sangucheros” lo cierto es que todos en algún
momento los hemos visto en alguna parte de lima, y hasta hemos consumidos
algunos de sus productos, la señora
Marga Flores Vellido, es una de estas mujeres emprendedoras que busco en este
tipo de negocio la solvencia y tiempo
que tal vez no tenia en otros empleos
“Hace más de 8 años que trabajo de esta manera, gracias a este trabajo le he dado tal vez la
seguridad económica a mi familia que tal vez con el dinero que consigue mi
esposo no nos daba” me responde doña marga. ¿Cómo inicio su pequeño negocio? “la
verdad es que a mi esposo (un humilde vendedor de repuestos en Paruro) muchas
veces no le alcanzaba el dinero para las cosas de la casa, primero incursione
como vendedora en una tienda de pasamanería, pero no tenía tiempo de ver a mis
2 hijos y tuve que dejar el trabajo, mi único
horario disponible era a partir de las 8
de la noche y ese horario no hay en trabajos comunes, es así como hablo con mi
esposo y le propongo salir a vender en la puerta de la quinta”. Me dice mirando
hacia su carrito sanguchero con temor de que me queme.
Raro tal vez que su esposo no se oponga como es común, “no
se opuso, ¿creo que él quería que trabaje? (entre risas), juntamos el dinero
necesario y nos lanzamos un día” ¿Cuánto fue su capital? “en un inicio, ummm
unos 500 soles, el carrito lo conseguimos en 250 soles porque una señora me lo vendió usadito, el
resto lo utilicé en mercadería”. ¿Recuperaron su capital? “si en unos 3 meses
lo recuperamos, pero lo usamos para seguir abasteciéndonos” ¿y cuánto invierten
mensual? “como hay cosas que se guardan como las hamburguesas solo compramos
cuando no nos quedan ya lo demás si es diario por que se acaba será a lo mucho
unos 200 soles”
Al ver su balde de llenos de papas me salto una
interrogante de comensal ¿Cómo sabe cuánto tiene que hacer para un día? “De
lunes a jueves hago poco es más hare unos 5 kilos de papa, algo así como para 6
porciones de cada plato, es más que todo para que los productos no se malogren
en mi refrigeradora, además esos días son bien flojos no hay mucha gente, de
viernes a domingos si duplico la cantidad”. ¿Y de dónde aprendió a cocinar? “Mi
madre fue una empleada de casa se iba a eso de las 7 de la
mañana y no regresaba hasta pasado las 8 de la noche, tuve que aprender porque
si no que comían mis hermanos” ¿Su papá que hacia? “Mi papá fue un ausente en
mi vida desde pequeña solo sé que tuve uno
pero no se mas” no ahonde mas por respeto a doña marga.
Como cada persona doña Marga tiene un “motor” que hace que siga día a día
vendiendo en las cada vez más frías
calles de lima “Si mi hijo Sebastián es el que me empuja a salir adelante por
el deje mi trabajo hace más de 8 años y por el sigo aquí ya este año va acabar
el colegio y no quiero que acabe como yo o su padre, ya hable con él, creo que
un instituto es lo que le podemos dar y sé
que él lo va a aprovechar, además el Miguel (su segundo hijo que nos observaba con timidez
como su madre respondía a mis preguntas)
le seguirá los pasos ya también dentro de unos años el tendrá que escoger”.
Al verla esconder su cuchillo debajo de su mesa donde están
sus productos me decía que habrá vivido
esta señora, que habrá visto. “huy hijo acá he vivido mil cosas, he visto de
todo, peleas de parejas, de pandilleros, robos, etc” mi curiosidad se hizo más
notoria “ Por ejemplo una vez paso la “batida” y tuve que esconder a un
muchacho detrás del carrito para que no se lo carguen, o la vez que me robaron
mis utensilios, habrá sido un fumon digo yo porque estaban viejos y no creo
que sea una persona en sus cinco sentidos” al verla con su polo, y su mandil ¿el frió no la aqueja? “si tengo mi casaca (me la muestra), solo que la candela te
mantiene caliente por eso solo estoy con esto, pero para la gente si tengo
preparado todo incluso hasta les doy café si desean, es un combo (risas)”
“Los municipales no pasan por aquí a esta hora además no
estoy en la calle totalmente sino estoy en la puerta de la quinta además ellos también
consumen no se resisten a mi sazón “¿Y ahora que sus hijos son grandes no han
pensado en expandirse o tal vez buscar otros negocios del mismo rubro más
formales? “No ya no estoy tan joven para ir y venir, además aquí me he ganado a
mis clientes, sería como empezar de nuevo”
De esta manera me retire de su pequeño pero muy cálido
negocio, conociendo un poco más a Doña Marga; sabiendo que aunque pequeño, su negocio, tiene gran esfuerzo para
mantenerlo y más que eso lograr mantener
a su familia sin necesidad de dejar de trabajar y dejar todo en manos de su
esposo, de más está decir que a su sazón.
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