Flor: un ejemplo de
mujer
Ojeda Tarrillo Eduardo
Franco
Ella es Flor Leonor Sedano
Delgado, tiene 45 años de edad. Natural de Cajamarca. Desde hace 25 años vive en
Barrios Altos. Casada hace 15 años. Es madre de 4 hijos. Se dedica a la venda
de desayunos por la mañana, salchipapas y pollo broaster por la noche. Cada día
se debe despertar a las 4:00 a.m. Debe preparar todo para iniciar con labor
desde muy temprano. Antes de comenzar a
trabajar les sirve el desayuno a su esposo e hijos, lo cuales deben dirigirse a
sus centro de labores.
Desde la 7:00 a.m podemos
encontrar afuera de su casa vendiendo desayuno para sus vecinos y algunas
personas que llegan al Hospital Mogrovejo. Podemos encontrar diversos
aperitivos en el negocio de Flor, desde pan con torreja y café hasta camote
frio y avena. Su inversión diario solamente en desayuno es de S. /50, teniendo
una ganancia de aproximadamente S. /20 por día.
Una vez culminada su trabajo
de la mañana, se dedica a limpiar su vivienda, preparar el almuerzo para sus
hijos y abastecer correctamente todo lo que necesitará para vender en la noche.
Su única compañía durante la mañana es el perro de la familia llamado Sansón.
Se dirige hasta el mercado “Santa
Rosa”. Es aquí donde compra todos los insumos para su trabajo diario. Pollo,
papas, condimentos y demás cosas es lo que necesita Flor. Sus “caseras” ya la
conocen desde hace muchos años, el por eso que en muchas ocasiones le venden
los productos con una ligera rebaja.
Flor se encuentra orgullosa
de sus 4 hijos, todos estudian, ya sea en el colegio o universidad. Marcela, la
mayor de sus hijas, estudia turismo en la Universidad Alas Peruanas, en la
actualidad cursa el cuarto ciclo de la carrera. Además tiene un trabajo de
medio tiempo en un fast food. Ricardo y Beto se encuentra aún en la secundaria,
ambos estudian en la “Institución Educativa Parroquial Nuestra Señora de las
Mercedes”, cursan el 4º y 1º grado de secundaria respectivamente. Alejandro el
menor de todos estudia en el mismo colegio que sus hermanos, se encuentra en 3º
grade de primaria. Flor se desvive por sus hijos. “Lo son todo para mi”-nos
cuenta.
Cuando el reloj marca las 3
p.m sabe que sus engreídos pronto aparecerán en la casa. Debe tener el almuerzo
preparado, además de un taper con comida para su hija que debe ir a trabajar.
El resto de la tarde lo
dedica en preparar el pollo que deberá vender en la noche. Aderezarlo y demás cosas
le toma un poco de tiempo.
Su trabajo nocturno se
inicia alrededor de las 7:00 p.m. Saca su carrito sanguchero y lo ubica a un
costado de la puerta de su casa. La gente que ya conoce la sazón de la señora Flor
son los clientes más frecuentes. “Llevo un año y medio en este negocio. Gracias
a Dios las personas siempre me colaboran”. Cada noche invierte aproximadamente
S/. 70. “No todos los días hay buena venta, como todo negocio siempre hay días buenos
y malos. En un buen día de venta puedo llagar hasta a duplicar mi inversión”.
Se queda hasta las 12:00
a.m. Sus hijos siempre la apoyan en lo que pueden. “Mi hija colabora en la
casa, me da una parte de su sueldo para cubrir algunos gastos del hogar”.
Flor no puedo estudiar una
carrera, sus padres no contaba con el dinero necesario para pagarle la universidad
o un instituto siquiera. Solamente puedo estudiar repostería por algunos meses.
Tuvo que trabajar desde muy joven. Conoció a su esposo precisamente gracias a
su trabajo, la contrataron para hacer un buffet en la fábrica donde trabajaba
su esposo. El flechazo fue instantáneo según lo que me cuenta. A los 20 años
quedo embarazada de su primera hija. La situación de la época no era la mejor,
nada pintaba bien para esta familia que ahora tenía una pequeña recién nacida
por la cual debían velar.
El terrorismo hizo que su
esposo perdiese su empleo. Tuvieron que hacer una y mil cosas para que a su
hija no le faltase nada “Mi esposo y yo podíamos morir de hambre, pero a mi
pequeña no le podía faltar nada”. Se mudaron a Barrios Altos, la familia de su
esposo vivía en este barrio. Llevan a la actualidad 25 años viviendo en el
mismo lugar, ahora con una mejor calidad de vida que en ese entonces.
Leonor nos comenta con
tristeza que le hubiese gustado estudiar en la universidad. Le fascinaba la
idea de llegar a ser una profesional.
Se siente frustrada al no
poder ayudar en diversas ocasiones a sus hijos con sus tareas. Flor no logra
entender muchas de las cosas que hoy en día les enseñan a sus hijos en el
colegio.
El último día de la madre
fue muy especial para la señora. Su familia le dio muchas sorpresas. Su esposo
por fin pudo regalarle la lavadora que tanto añoraba. Sus cuatro hijos la
llenaron de regalos y carisias. Ellos se encargaron de preparar el desayuno,
luego por la tarde los 5 nos dirigimos hacia un restaurante para almorzar. “Fue
un día emocionante”-recuerda Flor.
La llena de nostalgia
recordar su natal Cajamarca. Extraña a sus familiares que se encuentran en
provincia. Desde hace un tiempo no puede viajar por falta de tiempo y dinero,
sabe que no puedo abandonar ni siquiera un día a sus clientes. Sin embargo nos
confirma que posiblemente visite junto a su familia a sus parientes en
Cajamarca.
Nos cuenta que le encanta la
cumbia, especialmente las canciones de Los Hermanos Yaipen. Su comida preferida
es el ají de gallina. Le agrada cuando su hija conocida para ella los días que
no debe ir a trabajar.
Su esposo está a punto de
ser ascendido, están evaluando la posibilidad de cambiar de vivienda.
Posiblemente se muden a un departamento en Los Parques de El Agustino.
La señora Flor fue muy amable al hablarme de su vida
mientras consumía mi desayuno el viernes por la mañana. Me invito a visitarla a
diario, espero que pronto me vuelva una de sus clientes más frecuentes, o como
ella los llama “caseros”.
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